2/12/10

Bohemio

Es curioso y preocupante la dependencia que hemos creado del ordenador. En estas semanas he sufrido la abstinencia en mi cuarto de no tener un monitor y por tanto no poder hacer nada de lo que estaba acostumbrado.
Pero en esos días he desempolvado mi otro yo, he descubierto que el día tiene más horas de las que recordaba y me he acercado lo más posible a mi yo bohemio, y me ha gustado.

En estos días he acabado libros y empezado otros, he olvidado las redes sociales para llamar por teléfono, he vuelto a mancharme los dedos de tinta escribiendo en papel algún pensamiento o algún trabajo sin que Word me corrigiera, y luego éstos mismos dedos manchados han vuelto a probar el sabor de una guitarra, aunque aún de manera soez.

Pero todo ello ha acabado como la duración de un espejismo, ahora vuelvo a ver mi vida antigua pero en alta definición, y desde entonces me duelen los ojos.